Urge revisar el horario del festejo. El día del Pilar, y especialmente su ofrenda, se está convirtiendo en un acto multitudinario, interminable y familiar. A las cinco y media de la tarde, el que no está de peregrinación para ofrendar a la Pilarica, está con el postre de la comida en casa de su cuñado. Esto, y un engendro de cartel, son demasiados lastres para repetir el llenazo de ayer. Hoy, la afluencia ha registrado un generoso setenta y cinco por ciento de su aforo.
Los tres toros traídos por el Juli mejoraron, con creces, la presentación de la corrida de Núñez del Cuvillo. Se vieron caras serias y astifinas. Toros de plaza de primera. Potable el de Garcigrande que hizo primero. Manso y noble el de la jota con el hierro de Alcurrucén. El toro de Daniel Ruiz, segundo del Juli, optará a los premios de la feria. Imponente por delante y bravo en una primera vara donde a punto estuvo de derribar al caballo después de haber movido la montura que dirigía Salvador Núñez durante varios metros. Cuando el toro estaba cerca de la victoria ha aparecido un orondo monosabio para interponerse al derribo del jaco. Una vergüenza. Antirreglamentaria. Si ya es una lucha desigual a la que se tiene que enfrentar el toro, caballos mastodónticos y acorazados con kevlar, si además le contraponemos un grandullón de ciento veinte kilos empujando y sosteniendo la cabalgadura, la contienda es una estafa donde el toro lo tiene prácticamente imposible.
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Con ese toro de aviesas embestidas, el Juli estuvo imperial. Mandón. Seguro. Con un temple natural. Las zapatillas asentadas en la arena y su cuerpo como eje motriz de un toreo ojedista. Y contra lo que es costumbre, el estoque cayó en el mismo hoyo de las agujas. Dos orejas y vuelta al ruedo para el toro. Esta vez sí.
Pudieron ser otras dos si el presidente del festejo no aguanta estoicamente una bronca descomunal de un público festivo y ya rendido a una gran tarde del torero madrileño. Bien presidente. En esta ocasión, el espadazo fue feo y de mala colocación. Anteriormente a ese yerro con los aceros, el Juli había toreado abusando de las ventajas que tiene su concepto de figura encorvada si bien destacó por su temple. Y una última tanda que tardaremos en olvidar por su largura, compás y relajo.
Daniel Ruiz y el Juli, contra pronóstico, han puesto la feria cara.
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De Diego Ventura poco puedo decir salvo que me gustaron dos o tres capotazos al toro de Mari Carmen Camacho que dio uno de sus subalternos.
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2 comentarios:
Puedes contar lo que paso esa tarde sin tener que faltar a la gente que esta realizando un trabajo.
Tras leer varios post tuyos respondo por este como resumen a todos ellos, dices gin tonics en el callejón, tu también te los bebes en un localidad y no por ir con traje y corbata tienes el derecho a meterte con nadie.
Con tus alabanzas al presidente recordarte que es el mismo del que no hace mucho echabas pestes.
Si ahora eres mas amigo de la empresa que antes, mejor para ti pero no critiques a quien no puede defenderse.
Todo esto te lo dice alguien que te ve desde hace mucho tiempo y que sobre todo te OYE desde hace muchos años.
Por cierto en la corrida de ayer te perdiste tres toros, asuntos que arreglar o que te quedaste sin voz.
Espero poder leer este comentario o de lo contrario ya sabremos que te gusta opinar pero no que te lleven la contraria.
Anónimo,
si has seguido los más de cinco años de trayectoria que tiene este blog, habrás podido comprobar que de forma mayoritaria se publican todos los comentarios por muy críticos que sean con la línea del blog. Y el tuyo no podía ser menos.
No sé a quién he faltado pero si así ha sido, pido disculpas. En ningún caso ha sido mi intención criticar al personal de la plaza el cual hace una gran labor durante la feria. Sí a la autoridad que es la responsable última de hacer cumplir el Reglamento. Porque, respecto a los gintonics, únicamente me limité a denunciar algo ilegal (el Reglamento prohíbe consumir bebidas alcohólicas en dependencias del callejón de la plaza.), sin embargo, en el tendido es totalmente legal, ya vayas en corbata, traje, camiseta o chanclas.
Efectivamente, en otras ocasiones, he criticado duramente a Francisco Bentué, Presidente de la plaza, por lo que yo consideraba erróneo, al igual que ahora honró su actitud en el festejo del martes por lo que yo considero una conducta plausible. Ni más ni menos que una opinión libre.
En lo que va de feria, sólo me he perdido dos toros, por diversos motivos, uno de Diego Ventura y otro de Daniel Luque.
Saludos.
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